La Leyenda de la Orquídea
- Flora Healing
- 28 dic 2018
- 2 Min. de lectura
Cuenta una leyenda asiática, que en el principio de los tiempos, los seres humanos y los dioses convivían en igualdad de condiciones.
Y en aquellas tierras, en la meseta tibetana al noroeste del Himalaya, ocurre el primer nacimiento de Hoan Lan. Dotada desde niña de infinita belleza y candor, Hoan Lan, pronto llega a la juventud para dicha y perdición de los hombres que se reflejan en su mirada.

Hoan Lan es dueña de una hermosura jamás conocida hasta entonces, provocando que todos caigan rendidos a sus pies. Pero existe un gran problema, pues el atractivo de la joven es tan grande como su vanidad y carácter caprichoso. Hombre que se atreve a confesarle su amor, es hombre que recibe el desprecio y las groserías de Hoan Lan.
Kien Fu, un joven artesano, realiza con el diamante más bello del Tíbet una joya tan grande y tan pesada que apenas si la puede sostener con ambas manos.
Pero Hoan Lan desprecia el obsequio y le dice:
-“No es una joya tan hermosa como para estar a mi lado”.
Desilusionado por el desplante, Kien Fu se suicida ese mismo día saltando a un precipicio.
Zien Ka, un pintor famoso por su talento, también quiso conquistar el corazón de Hoan Lan y le regala un retrato de cuerpo entero, plasmando toda la belleza de la joven.
Pero ella lo mira con desdén y le dice:
-“Llévatelo, no lo quiero. No se acerca en absoluto a mi hermosura”.
Zien Ka corre con la misma suerte que el artesano y esa tarde se cuelga del árbol más alto de todo el bosque…. Uno tras otro se quitan la vida los pretendientes que llegan a enamorarse de la arrogante Hoan Lan.
Los dioses, enfurecidos por el comportamiento de la joven, deciden darle una lección.Y así es como un buen día, mientras camina por el bosque, Hoan Lan se enamora a primera vista de un guapo pastor llamado Mun Cay. Cuando Hoan Lan se acerca al pastor, Mun Cay la mira con indiferencia y la desprecia. Sin dar crédito a la reacción de Mun Cay, la despechada Hoan Lan acude al Monte Sagrado en busca de ayuda de los dioses para conquistar el corazón del pastor. Pero los dioses también la desprecian y le dicen que es el pago por ser tan vanidosa.Sin embargo, es tan fuerte la pasión que siente Hoan Lan por Mun Cay, que la joven visita a una bruja para pedirle un hechizo que enamore al pastor de su belleza. Aleccionada por los dioses, la bruja convierte a Mun Cay en un árbol.
Ninguno de los ruegos de Hoan Lan logran convencer a la bruja de revertir el encantamiento y la desdichada enamorada se queda a un lado del árbol, sin importar que pase el tiempo. Tanto sufrimiento conmueve a los dioses finalmente y transforman a la infeliz Hoan Lan en una flor, que conserva la belleza de la joven. Y así, aferrada al árbol, la bella Hoan Lan nace por segunda vez, pero ahora transformada en una flor que con el paso del tiempo los hombres comenzaron a llamar Orquídea.
Por eso es que la orquídea suele tener un color lila con tonalidad nácar. Se dice que el color lila es el de la túnica que vestía Hoan Lan, mientras que el nácar es el de sus ojos.
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